jueves, 24 de marzo de 2011

El matrimonio Arnolfini de Jan Van Eyck


                                          National Gallery. Londres
                                        Óleo sobre tabla. 81'8 x 59'7

Firmado y fechado en la pared, sobre el espejo: "Johannnes de eych fuit hic (estuvo aquí) 1434". Es uno de los pocos cuadros de Van Eyck cuya trayectoria puede seguirse en el tiempo: entró, después de 1490 en la colección de don Diego de Guevara, que lo donó a Margarita de Austria, gobernadora de los Países Bajos. A su muerte en 1530 fue propiedad de María de Hungría y figura en el inventario de sus pertenencias (1556). Pasó luego a España; en 1789 estaba aún en Madrid, en el palacio de Carlos III, pero más tarde durante las guerras napoleónicas un general francés se adueñó de él y se lo llevó al Norte. De hecho, en 1815 el general inglés J. Hay lo adquirió en Bruselas y lo revendió en 1842 a la National Gallery por un modesta cantidad.
El Siglo XV es el siglo del Quattrocento en Italia, y es indudable que la principal aportación al arte del Renacimiento se da en ese país, pero a pesar de ello, un avance primordial hacia el arte de la Modernidad y la ruptura con la estética de la Edad Media será el que protagonice la pintura realizada en Flandes durante el S. XV, cuyos pintores, los Primitivos flamencos, protagonizan una auténtica revolución, tanto por sus valores formales, como por sus novedades técnicas, entre las que destaca principalmente la utilización del óleo, o lo que es lo mismo la utilización del aceite como aglutinante del color.


DESCRIPCIÓN GENERAL    

El famosos cuadro de los Arnolfini nos presenta a la pareja en el momento de contraer matromonio. Ambos personajes, retratados en primer plano, se sitúan en una estancia con suelo de madera, e iluminada por una ventana que se abre a la izquierda. A los pies de la pareja aparece un perro y, en un segundo plano pueden observarse la esquina de una alfombra y el dosel de una cama. En el centro de la composición figura una lámpara que cuelga del techo y, en la pared del fondo, un espejo en el que se refleja todo el contenido de la habitación. A su izquierda cuelgan unos rosarios y, sobre el marco, encontramos una inscripción en latín.

 
Giovanni Arnolfini aparece retratado en actitud seria, ricamente ataviado en color oscuro, con capa y amplio sombrero. Su mano derecha, levantada, parece jurar o bendecir, mientras la izquierda sostiene la de su esposa Giovanna, también ricamente vestida en color verde vivo, con velo blanco. Su abultado vientre, sobre el que apoya su otra mano, parece manifestar con claridad que se encuentra embarazada.

 
Análisis simbólico:
El cuadro de los Arnolfini ha originado una gran controversia entre los historiadores del arte, por la gran cantidad de elementos simbólicos que incluye y la dificultad de interpretación de algunos de ellos, hasta el punto de que los especialistas debaten si la obra contiene realmente la escena de la celebración de un matrimonio, siendo como una especie de acta del mismo, o una ceremonia de exorcismo de una pareja que trata de alejar de sí el mal de no haber tenido descendencia. Entre los elementos simbólicos, destacan los siguientes:
* Algunos de los objetos que figuran el el cuadro, así como la propia ambientación de la escena, aluden a la riqueza del mercader Arnolfini: la ropa, el mobiliario, la alfombra, la decoración de la estancia o la presencia de naranjas junto a la ventana lo que, dada su procedencia del sur de Europa, puede considerarse un verdadero lujo en la Flandes del siglo XV.
* Los dos pares de zuecos (los de ella, junto a la cama; los de él, en primer plano, a la izquierda) relacionan a los esposos con el hogar y el hecho de que los supongamos descalzos alude a una idea de fertilidad, muy común en la época en la que el cuadro fue pintado.

* Los colores predominantes son también claramente simbólicos: mientras el verde alude a la fertilidad, el rojo lo hace a la pasión.
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* El perro es una alusión evidente a la idea de fidelidad dentro del matrimonio.

* La lámpara de seis brazos, en la cual sólo encontramos una vela encendida (cuya luz pasaría desapercibida en pleno día), es una clara referencia a Jesucristo y, al mismo tiempo, viene a representar también la llama del amor, que puede consumirse.
* Los rosarios, situados a la izquierda del espejo, aluden a la necesidad de perseverar en la oración
* El espejo, de forma circular, y en cuyo marco se nos muestran en diez pequeños círculos los episodios de la pasíon de Cristo, realizados con extrema minuciosidad (desde abajo,en sentido contrario a las agujas del reloj : Agonía en el huerto, Prendimiento, Cristo ante Pilatos, Flagelación, Cristo con la Cruz, Crucifixión, Descendimiento de la Cruz, Descenso en el sepulcro, Bajada al limbo y Resurreción),  muestra la escena de la habitación desde una perspectiva inversa, pudiéndose apreciar la parte trasera de la pareja, así como la presencia de otras dos personas,un hombre vestido de azul (probablemente el pintor) y un hombre de rojo, las cuales podrían asistir como testigos a una ceremonia para la cual, en aquella época, no era necesario un sacerdote. Por tanto, el espejo contendría el elemento esencial para identificar correctamente la escena representada: un enlace matrimonial en presencia de testigos.

* Tanto la borla que cuelga de la cama como el abultado vientre de Giovanna son claras alusiones a la fertilidad. Precisamente, sobre la borla, en el cabecero de la cama, aparece una figura femenina que podría ser Santa Margarita (patrona de los partos) o Santa Marta (patrona del hogar).
* Sobre las manos de la pareja aparece una gárgola en actitud sonriente. Algunos autores consideran que este elemento es básico para comprender el significado del cuadro: un exorcismo mediante el que se pretende alejar el mal que atenaza a la pareja: la falta de descendencia.

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Análisis sociológico:

Giovanni Arnolfini fue un rico mercader italiano, procedente de Lucca, que se asentó en la ciudad de Brujas (Flandes) atraido por las posibilidades comerciales de la zona, en la que logró una extraordinaria fortuna, de la cual el cuadro que comentamos en buen reflejo. Los objetos representados son, en si mismos, exponentes de las extensas relaciones geográficas de su propietario.
Este es, precisamente, el contexto en el que se desarrolla la pintura de los artistas denominados "primitivos flamencos", de los cuales van Eyck es el máximo exponente: una burguesía consolidada, próspera en los negocios, atraida por la moda de la decoración de interiores mediante tapices y, como en este caso, cuadros, entre los cuales los retratos ocupan un importante papel.
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OTRAS CUESTIONES:

Para concluir, debe insertarse esta obra dentro de la amplia producción del autor, entre la que destacan especialmente el políptico de la adoración del cordero místico (conservado en la catedral de San Bavón, Gante), la Virgen del canónigo van der Paele, asi como numerosos retratos de personajes de la época, entre los cuales conocemos otro que efectuó a Giovanni Arnolfini.
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Van Eyck es considerado como el mejor representante de esta escuela de primitivos flamencos y, durante mucho tiempo se pensó que había sido él quien inventó la técnica de la pintura al óleo. Hoy se cree más bien que la perfeccionó, de manera que su pincelada, de secado más lento, le permitía representar con mayor exactitud las figuras de sus cuadros. De este modo, esta pequeña obra es una síntesis de todas las características de la escuela: minuciosidad, interés por el color, naturalismo y estudio de la perspectiva.
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Finalmente, el famoso cuadro de Velázque, las Meninas, está muy relacionado con la pintura de Van Eyck ya que Velázaquez tuvo que admirar el cuadro cuando éste se encontraba en las Colecciones Reales de Madrid y quedó fascinado porla colocación del espejo en el fondo de la escena, hasta tal punto que empleó el mismo recurso en las Meninas .


                                                 Enlace de la  página del museo

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