lunes, 21 de marzo de 2011

Brunelleschi y la cúpula de Florencia






La catedral de Florencia, símbolo de la prospera ciudad italiana se había iniciado en 1296 por Arnolfo di Cambio, siguiendo las peculiaridades propias del gótico toscano. Di Cambio había diseñado  una catedral de gran planta, que debía ser la mayor iglesia de la cristiandad con una cabecera de enormes proporciones en comparación con el tamaño de las naves, el espacio resultante en el crucero necesitaría un cúpula de las mismas proporciones. La pujanza económica de Florencia impulsó a las autoridades eclesiasticas a modificar el proyecto inicial de di Cambio, aumentado la escala del mismo. 
Tras  su muerte las obras se ralentizaron hasta detenerse y no fueron continuadas hasta 1334 cuando el gremio de los comerciantes de lana  asume los costes y nombra a Giotto como director de las obras, asistido por Andrea Pisano, que logró levantar el campanario en 1337. Las obras se pararían definitivamente en 1348 por la llegada de la Peste Negra a la ciudad, sin llegar a levantarse la cúpula que debía alzarse sobre el gran espacio del crucero. Las enormes dimensiones del mismo, el elevado coste y la falta de un proyecto claro que afrontara las dificultades de erigir una cúpula colosal, fueron problemas tales que habían  dejado inconclusa la catedral durante mucho tiempo. 

A comienzos del siglo XV Florencia había alcanzado una importancia tal que el orgullo ciudadano no se podía permitir esa falta en una urbe que crecía y competía en esplendor con el resto de ciudades italianas. Finalmente en 1418 se convoca el concurso de ideas para concluir el templo y construir la cúpula. Al concurso de modelos en madera se presentaron los dos escultores mas importantes del momento, Ghiberti y Brunelleschi que ya se habían enfrentado unos años antes por la realización de la puertas del baptisterio. La derrota de Brunelleschi entonces provocó que despechado abandonara la escultura, dedicándose en pleno a la arquitectura.

Uno de los problemas fundamentales que tenían que resolver estaba en la necesidad de construir una gran cimbra y enormes  andamiajes con lo que el coste de la obra se disparaba y por otra parte se ocupaba durante mucho tiempo el espacio central de la iglesia impidiendo celebrar dignamente los oficios religiosos. El ganador del proyecto fue Brunelleschi, que logro imponerse a su eterno rival Ghiberti.


La solución aportada por Brunelleschi se basa directamente en el Panteón de Roma, que sin duda alguna había estudiado, aunque no se limita a copiar sus soluciones técnicas, sino que introduce importantes innovaciones en el diseño y en el proceso constructivo. Ademas de la influencia del Panteón, es evidente el conocimiento de las técnicas de contrarresto de origen bizantino y que ya se habían empleado en la cúpula  del baptisterio. Partiendo del plano octogonal que ya existía en el crucero levanta una cúpula apuntada y rematada en una gran linterna, empleando dos cascarones superpuestos. En realidad se trata de una doble cúpula, una de las grandes novedades arquitectónicas, que distribuir mejor las cargas para levantar una cúpula mas alta y mas amplia. El espacio hueco que queda entre ambas permite aligerar el peso mas de  un tercio y la existencia de las galerías que permiten acceder a la linterna.
 

Como material se empleo ladrillo de gran calidad, cuya fabricación fue supervisada por el propio Brunelleschi; tan solo se empleo piedra en la base de las cúpulas, que forman unos anillos de altura inferior a la prevista y que sirvieron de apoyo a los andamios, sin necesidad que estos se elevaran desde el suelo. El cuerpo central de la cúpula esta formado por 24 nervios de ladrillos dispuestos de forma de espina de pez, recuperando así el "opus spicatum" romano. Los ocho que recorren los vértices son los principales, ya que recogen el peso de la estructura, en el exterior esos nervios adquieren una función decorativa al marcarse con piedra blanca. Así quedan definidos los ocho triángulos curvos que forman la cúpula y que hacia en interior su empuje queda contrarrestado por el de los casetones con los que se levanta la cúpula interior. Las dos cúpulas se une mediante costillas en los ángulos y rodeo la cúpula interior con grandes anillos de vigas de    madera unidas entre si con barras de hierro.

La idea de una doble cúpula no solo es una solución técnica, sino que también es tiene razones puramente formales: " Perche la torno piu magnifica e confiara". Un alarde arquitectónico y estético, que convierte a Brunelleschi en el protagonista de la obra. El Renacimiento y la idea del artista genial queda inaugura con la conclusión de la cúpula de Santa Maria de las Flores. El este caso el arquitecto no es simplemente el continuador de una tradición constructiva, que repite los modelos heredados de sus maestros, sino que se arriesga en buscar formulas innovadoras para los problemas planteados en la obra, siguiendo un plan definido e investigando en las obras de la Antigüedad clásica soluciones que recuperen su importancia

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